Resumen:
Muchas veces cuando se piensa en el proceso de enseñanza-aprendizaje, suele venir a la mente la idea de notas, rendimiento, cursos aprobados, etc. Lo que se puede resumir en una sola palabra: evaluación. Y son los maestros invierten una parte significativa de su dedicación profesional en el tratamiento de este tema.
Todos los agentes que intervienen en el proceso educativo (alumnos, docentes, padres de familia y otros) han tenido interés por el tema de evaluación. Esto obedece a diversas razones, debido a que tradicionalmente el alumno es el evaluado, el docente el que evalúa y el padre de familia el interesado en los resultados numéricos de dicha evaluación. Esta perspectiva tiene ha tenido muchas veces cierta connotación punitiva, en la medida que solo se limitaría a sancionar o premiar el resultado de distintos productos académicos. Sin embargo, desde otras perspectivas la evaluación debe servir como un medio para informar sobre el desempeño que permite tomar decisiones adecuadas, procurando el bienestar holístico del educando.
Sin embargo, muchas veces el papel que juega la evaluación como factor de eficacia docente y como condicionante de la calidad educativa, lleva al alumno y futuro miembro productivo de la sociedad a una búsqueda exclusiva de reconocimiento social por su trabajo, desvalorando así el interés y satisfacción personal que podría reportarle la realización de determinada tarea sin esperar algo a cambio.
En esta visión de la evaluación por el reconocimiento social el alumno se refleja su conformidad con una nota aprobatoria, sin valorar la calidad y la significación del aprendizaje; por otro lado, el docente puede propiciar este comportamiento cuando evalúa únicamente el producto y no el proceso de aprendizaje en su conjunto. Sin embargo, ante esta situación es prudente sostener que la evaluación no deja de ser un medio ni un instrumento al servicio de la enseñanza, y como tal debe mantener una profunda relación de coherencia.
La intención central del presente trabajo es esclarecer algunas interrogantes que se tuvo durante el desarrollo de las prácticas pre profesionales en una institución educativa, tomando conciencia del rol del mediador docente o estudiante desde el enfoque histórico cultural en el desarrollo del área Personal Social y su evaluación.
Para ello es importante tener en cuenta que la evaluación en el área Personal Social no se da únicamente bajo un enfoque cuantitativo, se debe considerar el enfoque cualitativo en la evaluación que se detenga a observar y reflexionar conjuntamente con el estudiante, aquellas actitudes y aprendizajes que le sirvan para ser mejor personas.
Es por ello que en el presente trabajo de investigación se abarcan los fundamentos desde la perspectiva de Vigotsky como son la mediación y la zona de desarrollo próximo para el desarrollo de sesiones de aprendizaje con evaluaciones constantes desde el enfoque histórico cultural. Para llevar a cabo estos conceptos se desarrollaron planes y aplicaciones de la investigación, hipótesis de acción, planes de acción y las reflexiones en las interpretaciones de la información obtenida.
De esta manera se invita a todos aquellos comprometidos con el desarrollo de la educación a profundizar la temática expuesta a continuación y retomar el debate por una educación humanitaria.